Emociones en las relaciones de pareja
¿Cuáles son las Emociones que rodean las relaciones de pareja? Uno de los aspectos que últimamente me ha tocado reflexionar es respecto a cómo la familia siendo el núcleo principal de una sociedad, muchas veces se ve enfrentado a un mundo emocional vinculado a las relaciones de pareja.
Si una pareja está inestable o tiene problemas de relaciones interpersonales, va a afectar indudablemente la relación con los hijos. Sabemos hoy en día, que uno de los factores más relevantes en los estilos de crianza es como los padres tanto madre como padre, son entes modeladores del comportamiento y las conductas que van asociados al vínculo con los hijos.
Por lo tanto, el trabajo que tenemos que hacer ahí, es muy importante y nace y se fortalece desde el amor. Una relación de pareja que se construye desde el amor puede ser muy significativa, pero requiere además pasión, si no hay vínculos más allá de los hijos, va a generar un deterioro en la relación. Por eso, es tan importante generar y trabajar los vínculos diariamente, para poder transitar en el fortalecimiento de los vínculos afectivos con los hijos, pero en esta columna particularmente, me quise enfrentar a un aspecto que es central respecto a la relación que se genera desde la mirada de la pareja.
¿Qué emociones que rodean las relaciones de pareja?
Quiero partir comentando respecto a la mirada del amor, que, sin duda, como definición podemos identificar esta emoción como el cariño y afecto hacia otra persona, el amor transita en compañía de los demás, siempre nos permite entregarnos y bien cuidar al otro desde el cariño, para que uno se sienta contenido y querido. El amor es la expresión más genuina de cariño hacia otra persona, pero muchas veces el amor genera miedo para muchas parejas, les resta energía, por evitar sentir amor afectamos la vida de pareja y obviamente el miedo nos aleja de los otros. Cuando el amor sin duda, debe unir y conectar a las parejas, para que puedan vivir la experiencia de ser amados y amar a la persona elegida. Por lo mismo, muchas parejas deberían preguntarse qué tan dispuestos están a vivir la vulnerabilidad que implica tener el amor en cada una de las parejas. En este escenario, es muy importante, lograr estabilizar a la pareja desde el reconocimiento de nuestras propias emociones. Uno de los aspectos más complejos es cuando las parejas se ven enfrentados a situaciones que se generan desde los celos. Como definición y trabajo emocional podríamos decir, que por lo demás, me encanta este concepto, está en las cartas de las danzas de las emociones, y que dice … Los celos aparecen cuando existe la amenaza de perder a un ser que tú amas y que los celos danzan con la rabia y el miedo. Muchas veces, nos ayudan a proteger lo que es de nosotros y la integridad como personas. Pero, hay que tener la precaución que muchas veces los celos nos hacen daño, porque nos hacen creen que somos menos que otras personas, bajando nuestra autoestima y haciéndonos ver las cosas desde la vereda de la desconfianza.
Por lo tanto, la pregunta que deberían hacerse las parejas es ¿Cuáles son los costos que tienen las parejas por vivir bajo la sospecha de estos celos? En este sentido es importante comprender que la tristeza viene siendo un factor determinante en las relaciones de pareja. Cuando una pareja vive rodeada de celos genera mal humor, por lo tanto, este tiñe la relación desde el pesimismo e insatisfacción por el otro. Imagínense lo importante de este factor, y también el pesimismo, y el mal humor nos regalan la capacidad crítica y auto exigencia, y la convicción para lograr aquello que queremos, solo debemos cuidar que estos estados no sean permanentes, ya que el mal humor nos pone en alerta y tensión.
Entonces, la invitación que les hago en relación a la emoción del mal humor es a soltar, fluir, disfrutar la vida y contagiar emociones que sean luminosas para el fortalecimiento de las emociones. Este mismo recorrido vinculando la emoción de los celos que van generando o los conflictos relacionales que tenemos en la pareja, aparece una emoción que también es muy importante considerar, como lo es la tristeza, porque esta emoción nos da un tiempo para poder conectar con la pérdida o la eventual pérdida que podríamos tener frente a lo que generan los celos. Pues, danzan en la quietud y el silencio y nos invitan a escucharlos para saber lo que es importante para cada uno de nosotros. Muchas veces cuando estamos tristes, solemos estar bajo tierra, escondernos, pues nos invitan a reflexionar, pero además nos afecta porque baja la productividad, nos afecta en el compromiso y creatividad, pero, por otro lado, nos hace un aprendizaje valioso porque nos permite cicatrizar heridas y renacer de nuevo para poder potenciar nuestras relaciones. La tristeza en si misma nos invita al recogimiento, la reflexión y a salir fortalecidos de momentos adversos. Muchas veces cuando vivimos tristeza caemos en una emoción que, en ocasiones, es el conector entre estos aspectos; el abatimiento, siendo la fuga de la energía que pasa desde la falta de voluntad por querer hacer las cosas, a pesar de las rutinas, pues nos quiebra el alma, ya que estamos en una situación desprovista. Por lo tanto, del abatimiento caemos al desánimo, decaimiento y cuando vivimos en los celos, nos lleva a desistir, a perder el objetivo, y nos invita a explorar en nosotros mismos con nuestros recursos personales que nos permiten recobrar las energías. Por lo tanto, el abatimiento si lo podemos trabajar desde lo positivo, podemos enfocarnos en la perseverancia.
Todos quienes hemos vivido algún proceso de crisis de pareja, también nos ha pasado que nos invade una emoción que nos afecta; la amargura. La amargura es un escudo que solemos tener para protegernos del daño que podamos recibir de las personas que nos rodean, pero a veces no nos damos cuenta y nos lleva a mirar desde el mal humor como consecuencia de no poder liberar el dolor a tiempo. Cuando yo vivo desde la amargura, le estoy poniendo una traba a la reflexión y a poder salir fortalecido de estos momentos difíciles e incluso de aquellas heridas que me están resultando difíciles de sanar.
Cómo este es un trabajo que requiere de una toma de conciencia emocional desde la pareja y como seres reguladores frente a los hijos, cuando vivimos celos muchas veces infundados o producto de una traición, caemos en la desilusión, que es una emociona que, sin duda, nos habla de despertar de aquellos sueños de las fantasías que habíamos proyectado en el otro. Es decir, nos trae de vuelta a una mirada desde la realidad, para mostrarnos como son las cosas y desde ahí construir una mirada mucho más propositiva de los sueños y plantear anhelos en aquellos espacios que fueron truncados por esta desilusión.
Por lo tanto, la desilusión es la verdad que necesitamos tener para entender y comprender, sin tener que perder el amor, porque quizás de esa misma desilusión proyectar una nueva experiencia. Muchas veces tenemos que aceptar desilusiones para poder dar un cambio de hoja para avanzar y recorrer un nuevo camino. En estos procesos que incluye la negación o las otras emociones mencionadas anteriormente, muchas veces cuando vivimos procesos de quiebres de pareja o desilusión, también caemos en la negación, y es vista como esa venda que nos impide ver la realidad aunque la tengamos al frente y esto pasa porque la negación nos resguarda y nos da tranquilidad que buscamos, pero esta también nos regala un espacio para que podamos fortalecernos y enfrentar poco a poco lo que nos está generando dolor, pero, hay que tener claro que la negación nos va a permitir tener tiempo con nosotros mismo y ayudarnos a evitar el conflicto. La pregunta final que invito a realizarse y no solo con nosotros mismos sino también con sus parejas … ¿Qué podemos trabajar en nosotros para enfrentar lo que nos cuesta enfrentar desde la mirada de las parejas?
Como reflexión, quiero trabajar estas dos últimas emociones que nos permitirán reflexionar en base a dos aspectos importantes: La emoción del desapego puede generar un aspecto esencial porque es lograr soltar lo pasado para recuperar nuestra libertad e independencia poniendo foco en nuestras metas y aspiraciones como seres humanos y fortalecer nuestras relaciones con nuestros vínculos más significativos. El desapego nos invita a aprender con la capacidad de amar para que podamos cultivar relaciones más sanas con nosotros mismos y los demás, pero es importante trabajar el desapego porque nos puede abrir las alas cuando muchas veces miramos desde las carencias que tenemos en el dar y recibir. Por lo tanto, sería importante preguntarse ¿Cuáles son nuestras potencialidades que debemos trabajar para poder desapegar los aspectos que nos hacen daño?
Finalmente, una pequeña reflexión de cómo las emociones son obstaculizadoras y en este caso facilitadoras de nuestro bienestar, la emoción del fluir es aquella capacidad de encontrar aquello que nos hace feliz, el fluir nos invita a danzar con aquellos desafíos que se encuentren en concordancia con mis habilidades, el fluir nos invita al olvido del tiempo, permitiendo que suceda lo mejor en nosotros mismos en el tiempo presente, el fluir nos recuerda el poder de lo que podemos generar con una conexión genuina, haciendo lo que nos gusta, sintiéndonos libres y conectando con nosotros mismos.
Es importante continuar buscando en nuestras vidas, cuales son los aspectos que nos permiten fluir. Es importante también, analizar nuestros vínculos para que éstos permitan ser los cimientos y pilares para nuestros hijos, porque ahí está la esencia del bienestar emocional para lograr en el futuro seres más integrales.
¡Cuida las Emociones que rodean la relación con tu pareja!
Escrito por Arnaldo Canales.
Director Ejecutivo, Fundador de FLICH e Impulsor de la Ley de Educación Emocional
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